Seré Cruel hasta que la ternura de un demonio acaricie la gloria de mi reinado....

Yo, Denise.

Mi foto
Morón Sur, bien al Sur, Buenos Aires, Argentina

martes, 4 de agosto de 2009

El.

El se paseaba a las distancias de mi, y lo pensé, lo pensé incluso antes de que apareciera. Era lindo e inteligente, una combinación exótica en este mundo plagado de mediocridad. Yo lo quería así, tal cual lo imaginaba. Cuando lo conocí, no lo reconocía de entre mis sueños. Lo tome como una persona más, y poco a poco descubrí sus virtudes. Me daba el cariño que quería, y se dejaba querer. Cuando era de noche lo recordaba y deseaba verlo otra vez.
Tenia los ojos verdes como mis jean preferidos, los ojos mas lindos que había visto, llenos de las risas que me provocaba a causa de lo bien que se sentía que me estuviera viendo. Y aún así, no reconocí que era él. Pensé muchas veces en sus caricias tibias, que rompían la coraza de hielo en la que aprendí a vivir. Nunca deje que nadie se acerque lo suficiente para no dañarme, pero en este caso, me acerque dispuesta a sangrar las heridas que podía causarme con un solo parpadear de sus pestañas negras, y no lo hizo, no era capaz, no me iba a dañar nunca, sería mi amigo y nada mas con tal de no causarme una herida que no tuviera vuelta atrás. Y así continuo, asechando mis pensamientos, mis sueños, mis cuentos, y no lo soporte más. Lo necesitaba, lo quería, lo tenia de una forma que no me convencía, pero la prefería ante nada, y ahora, solo necesito que este bien, deseo cuidarlo y protegerlo, aunque no lo posea jamás. Ante todo lo tengo que ver bien, y no dejo que nadie le cause un dolor, al punto de defender su corazón de mi fría coraza de hielo.